La Finca Güell nuevas intervenciones

La casa del guarda de los pabellones Güell de Pedralbes queda desocupada

Una sala circular con techo abovedado, nueva incorporación al repertorio del arquitecto
El periodico, Rosario Fontova, Sabado 29 de Noviembre 2008

1. • Una sala circular con techo abovedado, nueva incorporación al repertorio del arquitecto
   

Interior intacto La sala central de forma circular, con el hogar. Foto: RICARD CUGAT

Gaudí en Pedralbes Fachada de la casa del guarda en las antiguas caballerizas de la finca del conde Eusebi Güell. Foto: RICARD CUGAT

ROSARIO FONTOVA
BARCELONA

Una casa de cuento, sencilla pero con la huella magistral de Antoni Gaudí, será restaurada por su propietaria, la Universitat de Barcelona (UB), tras quedar vacía al jubilarse el bedel de la Facultad de Derecho que la ocupaba. La vivienda fue construida hacia 1887 como pabellón del guarda anexo a las caballerizas que el conde Eusebi Güell tenía en la finca que, con los años, se convirtió en el parque del Palau de Pedralbes.
Tanto las caballerizas como la casa del portero pertenecen a un estilo neomorisco que combina ladrillo y cerámica. Y, como suele suceder con Gaudí, ofrecen en su rica decoración referencias literarias --al poema L'Atlàntida de Jacint Verdaguer-- y a la ocupación del propietario --flores de algodón--, el conde Güell, un potentado de la industria textil a finales del XIX.

La sala circular
La vivienda, inédita hasta ahora, consta de una gran sala circular con un gran hogar que, en el exterior, forma una cúpula coronada por una chimenea de trencadís a base de trocitos de cerámica azul, verde y blanca. Gaudí creó la bóveda esférica con un respiradero en el centro, como chimenea de ventilación natural, a imagen de los caravanserais de los árabes.
De dos pisos, ventanas ojivales, empinadísima escalera y los restos de la comuna (váter) original, la casita tiene fachada esquinera hacia la avenida de Pedralbes y la calle de Jordi Girona. Justo al lado de la verja en forma de dragón con las fauces abiertas que asaetean con sus flases los turistas. En su parte trasera subsisten una parra y un huerto ahora salvaje con restos de tomateras y algunos frutales. En tiempos de Gaudí se plantaron los viejos algarrobos cuyos frutos alimentaban a los caballos del conde de Güell. La Ruta del Modernisme que desarrolla el Instituto del Paisaje Urbano permite visitar este delicioso enclave gaudiniano las mañanas de viernes a lunes.
Estos valorados espacios Gaudí estuvieron abandonados durante muchos años, hasta que en 1977 se instaló en los antiguos establos la cátedra Gaudí tras conseguir que se declararan patrimonio nacional y se restauraran. Su titular, Joan Bassegoda Nonell, aún recuerda cómo campaban las gallinas y los conejos que criaba Paco Bayona, el bedel, por los establos y el picadero circular. Bassegoda convirtió las caballerizas en biblioteca con 15.000 libros y archivo gaudiniano, que ahora ha pasado a la Universitat Politécnica. "Todo se caía a pedazos, estaba abandonado. Solo pintaban la reja cuando venía Franco a Barcelona", recuerda el profesor, ya jubilado. El desconocimiento de lo gaudiniano provocaba sabrosos malentendidos. Un japonés saludó efusivamente a Bassegoda como al hijo de Gaudí, ante la fingida indignación del catedrático que le replicó: "¿Cómo voy yo a ser hijo de un soltero?"
Tanto la casita como las caballerizas se incluyen en los planes institucionales de la UB, como enclave del Portal del Coneixement, pero sin fecha de intervención. La restauración de estos pabellones, vacantes y vacíos desde antes del verano, ascendería a unos tres millones de euros, según un informe técnico de la propia universidad. Aunque ahora presenta humedades y algunos desperfectos, la casita tiene tanto atractivo como sus dos gemelas, los dos pabellones que flanquean la entrada al parque Güell y en los que Gaudí puso también todo su esmero.

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Una nota muy interesante ya que muestra un espacio de Gaudí que solo conocíamos unos pocos
Y ahora tal vez tenga mas difusión , por cierto es digna de destacar la chimenea tanto la interior como la salida de humos , he tenido la gran suerte de poder hacer una barbacoa(un asado argentino) para mas de diez personas en el hogar de esta casa y nadie salio con olor a humo en sus ropas ni siquiera yo el asador, eso es saber hacer una chimenea lo demas son tonterias.
Un espacio sencillo pero noble
Luis Gueilburt