Futuro imparable


Futuro imparable

Jordi Querol , huelvainformacion.es, Domingo, 1 de febrero de 2009

Creo sinceramente que el futuro de la arquitectura y de los arquitectos, al igual que todos los futuros, no se presentará de golpe. Para comprenderlo sólo hace falta ver de qué manera ha llegado hasta aquí nuestro hoy (que coincide con lo que veíamos como futuro cuando vivíamos en el ayer).

Estoy escribiendo este artículo en mi ordenador, desde mi oficina, donde hay cinco ordenadores más. Estamos en red y, como ya he dicho en otras ocasiones, mis colaboradores y yo estamos trabajando a 90 grados del plano de nuestras mesas (o sea, perpendicularmente a ellas), nuestra mano derecha siempre está pegada al "ratón", y sólo lo dejamos para teclear. Tecleamos para escribir y para dibujar. Todo esto es tan normal que ya nadie habla de ello; sin embargo, hemos llegado hasta aquí poco apoco. Lentamente dejamos el "paralex" (famoso utensilio para dibujar), lentamente dejamos las escuadras y los escalímetros (regles graduados), las gomas de borrar y lentamente abandonamos el papel vegetal. Digo todo esto porque el próximo futuro llegará con la misma lentitud que el último futuro (el que hoy estamos viviendo), y lo hará con la vuelta de la figura del arquitecto generalista. La de aquellos arquitectos que seguían el proceso de sus obras hasta el final: Gaudí, Bruneleschi, Viollet le Duc, Wrihgt, Coderch, y millones más que, sin ser tan famosos, también hacían bien su trabajo. Arquitectos que dibujaban sus planos, y que después seguían y vigilaban las obras hasta el final (ayudados por colaboradores y especialistas, claro), para que su construcción se correspondiera a lo diseñado.

Desde mí realidad cotidiana de hoy mismo (enero de 2009), sospecho que el futuro de la construcción que se avecina se presentará con grandes elementos prefabricados: partes de la obra, construidas previamente, que con la ayuda de la grúa se incorporarán de golpe a la misma; baños, cocinas o dormitorios vendrán totalmente terminados. Los arquitectos conjuntamente con los clientes los escogeremos a través de catálogos (Internet) y los incorporaremos a los forjados (anclados, simplemente apoyados, o de otra manera que ahora aún no sé). Los edificios de apartamentos de poca superficie quizás simplemente se realizaran agrupando artísticamente los apartamentos mencionados que llegarán a la obra totalmente terminados. Los agruparemos en formas pensadas por los arquitectos pero condicionadas a las unidades previamente construidas. En las urbanizaciones quizás proliferen con más fuerza que en la actualidad las viviendas unifamiliares totalmente prefabricadas. Seguramente, en los países del sur (donde la climatología es más benigna que en Finlandia) esta manera de construir tardará algo más; sin embargo, tengo la impresión que el mundo de los "elementos" prefabricados marcará nuestro futuro. Un futuro digital que lentamente va llegando.

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Interesante la opinión de Jordi Querol en este articulo, solo le haría un comentario que creo que es importante a la hora de nombrar a Gaudí entre los otros arquitectos del pasado.

Gaudí
utilizo el prefabricado en su arquitectura constantemente , en el Park Güell tenemos cantidad de ejemplos de aplacados y columnas prefabricadas, en Bellesguard también, y seguramente me olvido nombrar mas ejemplos de este concepto moderno de la construcción que Gaudí no dejo pasar de largo, podríamos aprender mucho para la nueva construcción si analizásemos en profundidad sus enseñanzas constructiva.

Luis Gueilburt

Comentarios

  1. Creo que es evidente que la evolución de cualquier cosa conlleva su tiempo y más aún si la teoría que la defiende se ve obligada a desarrollar sus ideales.
    En el sector constructivo, a grandes rasgos, su proceso es llegar a una idea, diseñarla y llevarla a cabo conjuntamente con las figuras de un arquitecto, un promotor y un constructor. Éstos, ayudados por técnicos y contratistas darán a luz esa idea pensada. Segun la opinión de Jordi Querol, el futuro arquitectónico se centrará en la construcción prefabricada y en la ausencia del arquitecto creador presente en el proceso total de la obra.
    Este punto lo comparto y lo defiendo si, esta tipología, llega a darnos soluciones ahí dónde (aún, con qué lentitud avanza la teoria de la construcción, si es que realmente avanza) se mete la pata: la contaminación que conlleva construir, los precios astronómicos para acceder a una vivienda, soluciones técnicas poco prácticas, soluciones sostenibles que a veces resultan ser más perjudiciales que aquello por lo que se suplía, etc.
    Si ver una ciudad de aquí X años con construcciones preideadas, prefabricadas, supone un aumento de la calidad de vida de la sociedad y acceder a poder vivir (dignamente) con las necesidades sobre habitibilidad bien cubiertas, creo que iremos avanzando. Está claro que inconvenientes presentes no faltarán. Pero no pienso que sea un buen paso adelante hacia este futuro imparable, digital.

    Víctor Guillén Albert - EPSEB

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