El hijo tímido de Gaudí

UNA HISTORIA DE CIUTAT VELLA... PALAU GÜELL / DISTRITOS

La casa de la familia Güell, en pleno Raval, padece una discreta existencia pese a resumir en su interior la inteligencia del arquitecto

El Periodico 
Óscar HernándezÓSCAR HERNÁNDEZ
MIÉRCOLES, 13 DE ENERO DEL 2016
Fachada del Palau Güell 8 Lo mejor está en el interior.
Fue el primogénito, pero tal vez por su discreción exterior y su presunta timidez, no ha tenido el mismo éxito que los otros hijos del genial Antoni Gaudí (1852-1925). Y es que, mal que pese a la Diputació de Barcelona, su propietario, el Palau Güell (Nou de la Rambla, 3-5) no alcanza ni de lejos las cifras de visitantes del resto de las grandes obras del arquitecto reusense: Sagrada Família, Casa Batlló, La Pedrera y Park Güell. Pero igual es esa discreción la que aún da más encanto a la que fue la suntuosa residencia de la familia Güell, construida en 1885 en pleno degradado pero trepidante Raval, entonces Barri Xino.
«Seguro que si el Palau Güell estuviera en la Rambla tendría muchos más visitantes. Por eso también intentamos darlo a conocer a través de los conciertos y otras actividades culturales que organizamos», explica Carme Perella, directora del singular edificio. Otra iniciativa es la entrada gratuita los primeros domingos de mes con audioguía incluida. La visita es un recorrido por las vida burguesa de principios del siglo pasado, un viaje en el tiempo, y también una aproximación a la genialidad del arquitecto.
El Palau Güell fue uno de los más importantes encargos que recibió Gaudí en los inicios de su carrera. Eusebi Güell llegó hasta él a través de un impresionante expositor diseñado por el arquitecto para una exposición en París. La admiración mutua llevó al rico mecenas a encargarle su palacio.

Soluciones innovadoras

Un relajado recorrido de una hora por la casa permite descubrir ventanas de madera que se abren en vertical, celosías que permite mirar la calle sin ser visto, un enorme techo de madera artesanal diseñado para albergar a fumadores con necesaria ventilación, un bosque de bellísimas 14 chimeneas en una azotea con vistas y un vestíbulo con sendas para carruajes con adoquines de madera para reducir el ruido, entre otras muchas innovaciones. Todas pensadas por el genio Gaudí y realizadas por los mejores forjadores, ceramistas y carpinteros.
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Estimado Óscar Hernándes, solo una pequeña anotación, las chimeneas son 20 y no 14 una larga discusión de Antonio Gonzales y el ya fallecido Bassegoda Nonell lo dejo muy claro, ni 18 ni 14 son 20 como quedo demostrado en el libro "El Palacio Güell" Antoni Gonzalez Raquel Acuesta Josep M. Moreno, Jaume de P uig, M.Gràcia Salvá, Ramon Manent Diputacio de Barcelona, 2001 sirva como aclaración 
Un cordial saludo 
Luis Gueilburt

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